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La feroz guerra desatada por Rusia contra Ucrania, la tierra de mis cuatro abuelos, me impacta no solo en lo personal, sino por las consecuencias futuras para la economía mundial, y por ende, para Chile, que ya la tiene de por si bastante vapuleada.

Es por ello que me dediqué un par de días a peinar la literatura internacional, y a ver videos varios, en la esperanza de pasar más allá de los lugares comunes que se ven normalmente en la prensa, de modo de ofrecer a los lectores de mi blog algún valor agregado. Comenzaré por una traducción extractada pero textual del análisis de una persona excepcionalmente calificada para ello:

 Beyond Russia’s war against Ukraine

(Rudolf G. Adam, es un ex vicepresidente del Servicio Federal de Inteligencia de Alemania. Feb 2103.)

En pocas palabras:

  • Los combates en Ucrania durarán hasta más allá de 2023, y se convertirán en un conflicto “congelado” o semi permanente.
  • Las consecuencias económicas serán duraderas y restringirán la globalización.
  • El control de armas, la seguridad cooperativa y la no proliferación nuclear se debilitarán.

La guerra de Rusia contra Ucrania será larga, brutal, devastadora y agotadora. Ofrece pocas perspectivas de un retorno a una paz duradera. El resultado probable será una tregua incómoda a lo largo de una línea de demarcación permanentemente disputada y fuertemente armada: ni paz ni guerra, ni ganadores ni perdedores, ni negociaciones genuinas ni confianza en ningún acuerdo. La estabilidad tendrá que venir de una fuerte disuasión militar.

Ucrania quiere expulsar a las fuerzas rusas de los territorios ocupados. Rusia quiere al menos apuntalar su reclamo de las cuatro provincias anexadas en septiembre de 2022. Rusia espera que la determinación occidental de apoyar a Ucrania se erosione. Estados Unidos y probablemente Reino Unido tendrán elecciones en 2024, cuando los votantes podrían volver a gobiernos más maleables. Las elecciones generales en Alemania están previstas para 2025. El presidente ruso, Vladimir Putin, se enfrenta a la reelección en 2024. Por lo tanto, no habrá un impulso decisivo para poner fin a la lucha antes de 2024.

Los objetivos de guerra de ambos combatientes son irreconciliables. Ambas partes se negarán a negociar hasta que estén convencidas de que las operaciones militares no pueden mejorar su influencia. No hay un terreno común, ni confianza ni espíritu de compromiso después de las atrocidades de Rusia y su despiadada campaña de atacar la infraestructura civil.

Las batallas de primera línea determinarán el resultado de las negociaciones. A medida que avanza la guerra, los recursos humanos, económicos y financieros serán cruciales. Una guerra de desgaste se decide por el agotamiento de una de las partes. El desgaste es una cuestión de perseverancia, fuerza de voluntad colectiva y moral individual. Ucrania se enfrenta a mayores pérdidas materiales, mientras que la pérdida de moral y fuerza de voluntad política podría ser una gran amenaza para Rusia. Incluso si Ucrania cediera territorio, esto no conduciría a la paz si Rusia sigue concentrada en eliminar a los supuestos «nazis», desmilitarizar Ucrania y vender el mito del hermano menor que no tiene derecho a su propia identidad nacional o independencia política.Esta guerra no se trata solo del territorio o el gobierno de Ucrania. Se trata del futuro de Rusia, de un sentido de su misión histórica y su combinación de arrogancia jingoísta y victimización paranoica. Sin un cambio fundamental en la mentalidad rusa, las perspectivas de cooperación seguirán siendo esquivas.

La crueldad bárbara de los soldados del Kremlin recuerda las peores imágenes de la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial en Flandes y las atrocidades inhumanas del Holodomor y el Holocausto. El daño a Ucrania se superará con la asistencia internacional. La destrucción de una infraestructura anticuada de la época soviética podría convertirse en una bendición disfrazada, presentando a Ucrania la oportunidad de construir una economía moderna, competitiva y respetuosa con el medio ambiente. Una vez que terminen los combates, Ucrania podría experimentar un milagro económico. La destrucción en tiempos de guerra podría evolucionar hacia la modernización en tiempos de paz. Rusia, por otro lado, está obligada a sentir progresivamente todo el impacto de las sanciones económicas y financieras. Las sanciones no funcionan como un ataque al corazón; su efecto es más como un cáncer que se propaga lentamente. Abordar el daño a largo plazo resultará más difícil. Incluirá cambios fundamentales en los patrones comerciales y las relaciones de poder geopolítico. 

Dicho todo lo anterior, muy certeramente, quiero agregar un par de comentarios: Hasta mis indagaciones recientes, yo pensaba que toda esta masacre, sufrimiento humano y demolición de infraestructura era “culpa del loco de Putin”, y me preguntaba por qué no le mandaban unos drones para eliminarlo, cosa cada día más posible técnicamente. Error. Por centurias, desde los zares en adelante, Rusia, incluida su gente y sobre todo sus fuerzas armadas,  han considerado como sus fronteras naturales todos los países que se emanciparon o la abandonaron a la caída del bloque soviético: Bielorrusia (hoy gran aliada de Putin), Latvia, Letonia, Lituania, Ucrania, Moldavia, Chechenia, etc. Incluso Polonia, Hungría y la antigua Checoslovaquia, hoy Repúblicas Checa y Eslovaca. Aparte de Napoleón, todavía tienen el recuerdo fresco de los tanques de Hitler arrasando esas tierras para entrar a Rusia, en un conflicto en que murieron nada menos que… ¡18 millones de rusos!, entre soldados y civiles.

No debe haber ningún ciudadano de Rusia, mayor de 40 años,  que no tenga a alguno de sus abuelos fallecidos en esa cruenta invasión, como soldados, asesinados o por inanición. Eso marca la cultura de un país profundamente. Basta con mirar el mapa para constatar que Ucrania es el epicentro estratégico de esas tierras, y por ende, el esfuerzo ruso en “re”conquistar las provincias orientales es para ellos vital. En suma, si hay drones que eliminen a Putin, habrá un Putin2, Putin3….

También eso permite entender mejor (lo cual no significa justificar) porqué los rusos están aplicando una política de “tierra arrasada”, no solo atacando objetivos militares, sino todo: viviendas, energía, infraestructura civil, con muertos por doquier. Si no han de ganar ellos, a lo menos quieren que en toda la mitad oriental de Ucrania no viva nadie. ¿Injustificable? Sí. ¿Estratégico para Rusia? También. Un drama.

Cabe también preguntarse por qué el gran oso ruso no ha sido capaz de aplastar la resistencia ucraniana en pocas semanas. La diferencia de tamaños y ejércitos es monumental. La primera razón, aunque cueste creerlo, es la ineptitud y desmoralización que ha ido creciendo entre sus militares. ¿De que otra manera se explica que en los primeros días de la invasión, según algunos analistas, una larga columna de tanques rusos que ingresó desde Bielorusia por el norte, que queda a solo 500 km de la capital Kyev, se vio paralizada… por falta de combustible y alimentos para la tropa, al punto de que los soldados tuvieron que emprender una humillante retirada a pie?

La segunda razón es la ayuda occidental con todo tipo de armamento. Los lanzacohetes “Javelin”, portátiles y livianos, pero teledirigidos, han masacrado hasta ahora a 2000 tanques y 4000 blindados rusos. Ahora se les sumarán tanques alemanes Leopard, aunque no todavía aviones (que Zelenzky pide desesperadamente), por el temor de la OTAN a que esto sea interpretado como guerra total de Rusia con la alianza atlántica, con lo cual el fantasma nuclear reaparecería. En lo personal, no creo que ocurra. No porque Putin se tocaría el corazón (que es dudoso que tenga) si eso le permitiera lograr sus objetivos, sino porque implicaría el despliegue inmediato de USA y Europa, obliterando en cosa de días toda la infraestructura militar, aérea y naval de Rusia.

En suma, todo indica que el análisis de Rudolf Adam es tristemente perfecto. Esto se convertirá en una guerra de atrición que va a durar mucho más allá de 2023, si es que no 2024 y 25.

Consecuencias económicas.

Estas serán de largo plazo, para el mundo entero y también para Chile. La OECD predice recesión en Europa para 2023, y una inflación anual de 9%, con precios del petróleo y gas aumentando fuertemente. No debe olvidarse que cerca de la mitad de los combustibles europeos provienen de Rusia. Para que se formen una idea: a partir del 1º de Enero de 2023, las compañias aseguradoras y reaseguradoras ya no extienden pólizas a barcos que transporten bienes originados en Rusia. Suena a detalle… pero no lo es.

Los precios del barril estuvieron arriba de US$ 100 en 2012-2013, de ahí se deslizaron hasta US$ 40 en 2021… y ahora ya están superando nuevamente los US$ 100. El precio de la gasolina en Chile se acerca ya a US$1,5/lt y el diesel sigue aumentando.  Las cadenas logísticas se interrumpen, y el precio del trigo se ha duplicado en el último año, ya que Ucrania y Rusia, en plena zona de conflicto, han sido uno de los graneros del planeta. En suma, según el Banco Central, tendremos una continuada inflación, del orden del 6%, y una caída del PIB de -1,5% durante 2023, Las cosas no serán peores gracias a los elevados precios del “sueldo de Chile”, el cobre.

Una expectativa positiva. Si hubiera un verdadero fin de la guerra, ya se habla de un Plan Marshall 2 para rescatar la economía ucraniana, que costaría… afírmese, US$ 540 billones. 2 veces el PIB completo de Chile. Esto detonaría un despegue económico no sólo de Ucrania, sino de todo Europa y el mundo. Soñar no cuesta nada.

Parte de estas magras cifras, sin duda, provienen de las maltrechas estepas ucranianas. Afirmarse los pantalones y las faldas.

 

4 Comments

  • Hola Mario. Coincido a grandes rasgos.
    El cambio en el escenario es que ahora la UE y USA (también India y China) están apurados por finalizar esta guerra antes del 2024, para estabilizar la economía mundial.
    Se habla mucho en los últimos días de la desintegración de Rusia, un proceso que comenzó con la desaparición de la Unión Soviética y que en realidad nunca terminó porque Putin no pudo cerrarla.
    Se habla mucho de la salida de Putin «por enfermedad» para que otro cierre la guerra.
    Lo cierto es que el resultado de esta guerra (además de los muertos y la destrucción) es la afirmación de la industria bélica de los EEUU; la lección brindada a los chinos, la evidencia de la decadencia estructural rusa tan bien ocultada y la consolidación de la OTAN y la UE como bloque más dinámico y menos burocrático, reforzado políticamente.
    La guerra ya no es necesaria para nadie.
    También salen ganando los militares de carrera rusos que se opusieron desde el principio a este dislate del amigo Putin, que cada vez que se vió debilitado provocó una guerra limitada, solo que esta se le desmadró.
    Saludo de mis padres ucranianos a tus abuelos ucranianos.
    Lo sospeché desde un principio.
    Abrazo
    Sergio Slipczuk

  • Alex Tepper dice:

    Concuerdo plenamente con lo expuesto por Rudolf Adam.
    Estamos y seguiremos en tiempos muy difíciles . Por cuanto? Es la pregunta, creo que por largo
    Saludos

  • Alan Silberman dice:

    Mario : gusto en saludarte y agradecido de tu muy interesante sitio y……muy ponderado.-
    Lamentablemente el Tango Cambaleche resulta ser cíclico en » este mundo traidor .. nada es verdad ni mentira…» estamos viviendo una época carente de verdaderos Líderes.-
    El nivel de estos es paupérrimo , empezando por casa.- No hay uno que tenga la Visón de Futuro ni la influencia o poder sobre un porcentaje importante del Mundo.- Las Naciones Unidas , creadas para evitar y solucionar conflictos es patética.- Hemos vuelto atrás decenas de años donde el Populismo se impone al Raciocinio.-
    El gran problema ( lejanamente avistado por ti ) es la EDUCACIÓN.- Mientras este asunto no mejore integralmente , el Mundo seguirá sumido en una sub mediocridad.-
    Resulta difícil pronosticar duración y consecuencias de la Guerra Ruso-Ucraniana , evidentemente mientras antes termine , nos beneficiamos todos.-
    Saludos y Cuídate Mucho
    P.D. También cuento con ancestros Ucranianos.-

  • Solo puedo decir tristeza con respecto al tema central de su entrada. Las imágenes indican que los soldados fallecidos ni siquiera están siendo enterrados.. es como un lodo que los cubre, sus cuerpos son montículos de barro.
    Quizás es mi temple de ánimo hoy.

    125 , un buen número.
    Siendo dirigente jamás sentí tanta presión. Solo flotaba en el mar de la política.
    Pero en fin. Aunque postergo el término de la lectura de Introducción a la Gestión Pública, porque falta mucho para las elecciones de concejales.. he debido leerlo para resolver otros asuntos..

    He validado ya una idea loca de esta «organización», no es de mi autoría, me reí al escucharla, somos aún tan pocos que no alcanza para diagnóstico, desde más al sur Gipoulou me dice que el uso de los volantes debe ser eficientísimo, con cuaderno en mano contando donde se dejan, y si quienes lo reciben firman.
    El resultado de validar la idea loca ha sido brillante, avanza una campañita local.
    Zanahorias o garrote? Jamás le había preguntado a uno de mis liderados,
    o dicho: gracias por tu esfuerzo, qué puedo hacer por ti, deseas algo, quieres ganar algo con esto? (Zanahoria absoluta).. aunque a mis colegas de directiva antes los premiaba con celebraciones, les encantaba eso, la típica tortita para cerrar el año.
    Perseverancia, ninguna organización sobrevive sin perseverancia, quizás el valor de la palabra disciplina comienza a resonar fuerte en mi mundo alto. Más disciplina para mí.
    Errores, muchos, muchos, cuesta trabajar con tanto cabro joven.
    Han sucedido buenas cosas amarillas.
    Prometo llamarlo si me convierto en concejal, ese día lo llamo, de alguna forma me vuelvo a conseguir su número y contacto.
    Me da miedo ser la primera y tener una sobrexposición.
    De política internacional, pues bien, no tengo mapas mundiales a mi alrededor (como la cortina de baño de … con un mapamundi , supo esa?) , desde la infancia que no recurro a mapas para vivir mi vida.. aunque conozco mi comuna, bastante.. y mi región.
    Pero soy sensible al dolor de la guerra, no he podido ver «la gala» de viña.
    Hemos reflexionado mucho con otro amigo sobre el poder del capitalismo, que hay estados en E.E.U.U. que tienen más dinero que Chile..
    En mi mundo de izquierda desde pequeña jamás concebí la realidad así, quizás tenían solo un poquito más.
    Es duro dejar la inocencia.
    No quería escribirle un comentario largo.
    Aprendí a programar una página. Jaja.
    Ayer estuve con un mexicano, adivine de quién me acordé, de un profesor.
    Es un misionero mormón que recibí en mi casa.. que se avergüenza de su nombre, le costó mucho decírmelo se llama Limi.. como uno de los capítulos del libro del mormón.

    Sentía él tanta vergüenza de su nombre que me conmovió.
    Jamás se me ocurrió pensar que mi amigo Leninista (dejaré de llamarle Leninista) podía sentir vergüenza de su comunismo. La verdad es que todo indica que fue la necesidad la que lo movió a ingresar. El talento y la necesidad. Una mezcla. 14 años, a lo mucho. 2006.
    «Si vivimos todos separados para qué son el cielo y el mar, para qué es el sol que nos alumbra sino lo queremos ni mirar»
    Le dejo mi tristeza para otra entrada.
    Inicio práctica profesional en el colegio de las pantallas digitales que le mencionaba pronto.
    Cooperaré con nuestro colectivo todo lo que pueda.
    Es que no me imagino enseñando con una pantalla digital, es que debe ser asombroso.
    Participo de un concurso de microcuentos. El resultado, el 8M.
    Era una estrategia. Ve. Elevado pensamiento estratégico. Tanto que me doy miedo.
    Sabía que debía escribir.
    En instancias de ese tipo se puede divulgar mensaje propagandístico.
    No hay nuevos números que reportar 🤗

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