La cancelación del Padre Berríos.

Mario Waissbluth

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Relato ahora mi anecdotario personal con Felipe.

I.- Habiéndose recién formado un pequeño grupo de Educación 2020 en  el año 2009, le dije a nuestro equipo que no podíamos seguir adelante sin conocer al cura Berríos (yo tampoco lo conocía) a la sazón en el Techo para Chile, organización que él mismo había fundado. Aceptó gustoso nuestra visita a Techo, nos guió por las instalaciones llenas de jóvenes entusiasmados con sus pegas, y luego nos explicó el modelo de gestión que tenían, dándonos a la vez consejos sobre cómo seguir adelante en nuestra cruzada educativa. Al final, nos contó una hilarante anécdota con el Cardenal de la época. Resulta que en esos días había conflicto con la jerarquía eclesiástica por el nombre mismo de la organización «Techo para Chile», pues ellos querían algo más pastoral, como por ejemplo «Una casita para Belén» (OMG). Reunión cumbre en la oficina del Cardenal, con encendidos argumentos. Al final, Felipe ya exasperado, le dice al Cardenal «Disculpe pero, ¿a usted de veras le calienta el nombre Casita para Belen?». Codazo en las costillas propinado por el padre Fernando Montes que lo acompañaba. En voz baja: «Felipe: ¡los Cardenales no se calientan!» 😂😂😂. Ganó la pelea, el nombre Techo se quedó, y se extendió por toda América Latina.

II.- Pocas semanas más tarde, huelga nacional (una vez más) del Colegio de Profesores. Semanas sin clases. Me llama Felipe. «Aló Mario, por estos días estamos trabajando en un campamento a orillas del aeropuerto de Pudahuel. Te invito a que armemos un grupo conjunto de Techo con Educación 2020 para irle a dar clases a los chiquillos del campamento y que así no pierdan tanto». «Felipe, no tenemos todavía mucha organización pero si tu dices yo obedezco. Aunque sea con las patas y el buche, ahí estaremos». «Okey, mira, Canal 13 va a estar el Lunes a las 9 en el campamento para que inauguremos las clases. Te invito.» «Eeeeem, bueno, pero tú hablas con la tele». «No pues, los dos hablamos». Yo, asustado:  «Pero ¿qué, cómo, qué va a decir cada uno?» (Hasta ahí, yo nunca había hablado con la tele en vivo). El: «No te preocupís. Yo digo mi weá, tu decís tu weá y listo». 😂😂😂. Así fue, por cierto. Llegamos al campamento con el equipo, el Lunes 8AM puntuales. Un horror, un infierno en la tierra. Las mini moradas de fonolita y tablas, construidas en medio de un basural clandestino de 30 mt. de altura, del cual emanaban humaredas pestilentes por la autocombustión de la basura; los ratones pasaban entre nuestros pies y los de  chiquillos harapientos que corrían por el basural. Me costaba respirar por la fetidez.😩😩😩. Le dije «Felipe, esto es un horror. Ustedes en Techo construyen campamentos dignos. ¿Porqué no uno para esta comunidad?» «Mario, ya tenemos un amplio terreno a 10 cuadras de distancia, y ya nos donaron los materiales de construcción. El problema es que los vecinos de ese terreno, casi tan pobres como ellos, se oponen, porque no quieren gente de clase un poco más baja cerca de ellos» 😩😩😩 (Ese es el horroroso clasismo y la hiper segregación social que se ha ido produciendo en Chile. No es solo entre gente de Las Condes y gente de Pudahuel, sino entre todas las clases sociales).

Podría continuar con las anécdotas, que forjaron nuestra amistad para siempre. Pero me limito a decir que un tiempo más tarde, Felipe, hastiado de conflictos, se fue por cuatro años a trabajar a Africa, en una zona casi prehistórica. Las personas vivían en sus chozas, y cada mañana salían todos a recorrer el territorio a ver qué encontraban para comer ese mismo día y sino, había hambre. No había dinero para comprar fósforos, que ni se conocían, y las personas compartían entre diversas chozas un poco de carbon prendido para mantener el fuego vivo, como en la época cavernaria.

A su retorno a Chile, a poco andar comenzó un conflicto público entre los sacerdotes jesuitas Mariano Puga, José Aldunate, y Felipe Berríos, contra el nuncio apostólico y el cardenal Ezatti, por no ser firmes y claros frente a los abusos de algunos miembros de la Iglesia, compinches de Karadima. (¡Y ahora la ministra de la Mujer tiene la patudez de extenderle a Berríos el manto de la duda!) Siendo ya la situación insoportable en Santiago, Felipe Berríos optó por irse a trabajar al campamento de La Chimba en Antofagasta, donde ha organizado decenas de iniciativas en favor de los más pobres y los jóvenes de esa comunidad, hasta hoy.

He relatado estas mini historias para que se comprenda mejor el tamaño de la aberración cometida por el incipiente gobierno de Boric, por medio de su feminista Ministra de la Mujer. Es muy importante que toda la «patrulla juvenil» que comienza este gobierno no caiga en el uso de símbolos inconducentes o de plano erróneos, que a la postre se les devolverán como tiros en sus propios pies.

Otro ejemplo es el impensado y «simbólico» viaje de la Ministra Siches a «dialogar a la Araucanía», que duró lo que humo en un canasto cuando fue recibida con tiros al aire.   Escribí esto para defender públicamente a mi amigo Felipe. Sigo además siendo un esperanzado Boricista, y por eso también escribí para desearles lo mejor y que no sigan cometiendo estos errores. Tal vez un poco más de canas en el gabinete político no vendrían mal.