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Estimad@s Constituyentes:

Sean cuales sean vuestras convicciones e identidades ideológicas, de género o etnia, creo que estarán de acuerdo conmigo en que el sistema político chileno ya no da más. Hemos caído progresivamente en una espiral de populismo y conflictividad, en que ya el bien del Estado y de las instituciones, y por ende de los ciudadanos, está progresivamente colapsando, amenazándose seriamente nuestro bienestar nacional.

Las mismas encuestas, por poco creíbles que sean, han reflejado consistentemente la desconfianza de la gente en los partidos políticos y el Congreso. Cuando vemos a personajillos canturreando durante una acusación constitucional en el hemiciclo, o abuelas corriendo con su capa flameante, o proyectos de ley que se saltan toda posible norma de seriedad por un populismo desquiciado, el corazón se nos oprime. A mi por lo menos esto me ocurre con frecuencia.

Se suponía que los parlamentarios en el Congreso, electos por todos nosotros (los que nos queda todavía algún ánimo para votar), son los que canalizan y organizan la voluntad popular. En lugar de eso, una buena mayoría se ha convertido en PyMES, financiadas por jugosas remuneraciones de $9 millones mensuales, y sobre todo las aún más jugosas asignaciones para gastos de funcionamiento de $24 millones mensuales. Si bien estas últimas hay que rendirlas, y las rinden, en la práctica la mayoría las utiliza para contratar una pequeña escuadra de operadores políticos, cuya misión esencial es…. asegurar la reelección del/la susodich@. Ya hay ocho “inmortales” que pronto podrían llegar a 40 años en el Congreso. OMG.

Aclaro, por cierto, que no todos los parlamentarios ni todos los directivos del Ejecutivo caen en este chanterío. Menos mal. Muchos “defienden el fuerte de la sensatez” y paran muchas (no todas) las estupideces. Sino, vean no más el sainete de los retiros. En mi estimación, hay un 60-70% de senadores sensatos, con vocación de estadista. En cambio, en la Cámara el 60-70% es de insensatos, creo yo.

Hay en esencia tres normas, de rango constitucional, que son las que convergen para causarnos el progresivo deterioro del sistema político, y por ende del país, que ha ido deteriorándose en cuanto indicador puedan imaginar, no sólo de carácter económico. Nuestra imagen internacional ya no es la que fue hace, digamos, una década.

  1. Las ya citadas remuneraciones y sobre todo las elevadas asignaciones. Les ruego, les ruego que les den un guadañazo sin piedad. Se supone que las asignaciones son las que sirven para a) funcionar, viajar, tener una oficina en regiones, etc. lo cual es muy correcto, y b) para tener un staff que les ayude a analizar los diversos proyectos de ley. Lo primero vale, adecuadamente rendido. Respecto a lo segundo, les propongo un Consejo Ciudadano, de personas íntegras y que no sean ni hayan sido parlamentarios, que supervisen y auditen estos gastos. No estamos para andarle pagando operadores políticos a nadie, ¿verdad? Más aun, son las diversas bancadas las que debieran contratar asesores para los proyectos de ley, y no cada parlamentario por separado. Ahí sí que ahorraríamos mucho billete. EN SUMA, LES RUEGO DISMINUIR RAZONABLEMENTE SU REMUNERACIÓN, DISMINUIR IMPORTANTEMENTE LAS ASIGNACIONES, Y SUPERVISAR SU USO POR MEDIO DE UN CONSEJO CIUDADANO.
  2. Los letales períodos presidenciales de cuatro años, sin reelección, y más encima con elecciones municipales al medio. Esto lleva a todo el sistema político, en el Ejecutivo y el Legislativo, a una carrera desenfrenada por hacerse famosos proponiendo estupideces cortoplacistas, cada cual mas populista y efectista que la otra. El cuarto retiro ya vino a ser la cereza del pastel. Todos andan haciendo afirmaciones al respecto absolutamente falaces, dicen lo primero que se les ocurra. Salir en la prensa es el objetivo táctico esencial de cada día. A estas alturas ya me da casi igual que sea presidencialismo o parlamentarismo, LO IMPORTANTE ES QUE EL SISTEMA ACTUAL SEA MODIFICADO DE MODO QUE, SI EL PDTE. O PRIMER MINISTRO LO HACE BIEN, PUEDA PERDURAR EN EL CARGO A LO MENOS POR 8 AÑOS, Y QUE LAS ELECCIONES DE PRESIDENTES, ALCALDES, PARLAMENTARIOS, GOBERNADORES  Y SENADORES SEAN SIMULTÁNEAS.
  3. Ya lo dijimos. La carrera de las sillas musicales, hasta lograr la ansiada meta de 40 años viviendo de las prebendas del Congreso, auto con chofer incluido. Felizmente, ya se legisló para contener esto parcialmente. Los diputados y alcaldes que duran 4 años pueden ser reelegidos sucesivamente en el cargo hasta por dos períodos, los senadores, que duran 8 años, por solo un período. Me parece bien. El problema es la silla musical: de diputado a senador – de ahí a alcalde – con suerte a gobernador regional – senador – diputado … suma y sigue al alero del erario nacional, sin tener nunca que trabajar en un empleo público o privado, conocer la sociedad y la economía en su realidad. Mi propuesta constitucional en este caso sería muy simple, de una sola línea: “NINGUNA AUTORIDAD ELECTA PODRÁ PERMANECER EN CARGOS ELECTIVOS POR MÁS DE DOCE AÑOS, Y DEBERÁN TRANSCURRIR AL MENOS CUATRO AÑOS ANTES QUE PUEDA POSTULARSE NUEVAMENTE A UN CARGO ELECTIVO”.

Por favorcito se los ruego.

 

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