REUNION DE EX COMPAÑEROS

Tito, Coca, el Pelao y Juanelo llegaron puntuales, como todos los años, a tomar Terremotos en La Piojera, el 4 de marzo de 2025. Cumplían ya una década de haberse graduado del Colegio Latinoamericano, y se habían prometido reunión eterna para celebrar.

El ambiente era agridulce. Todos mostraron su primera capa de alegría por verse. ¿Como estái po, Pelao?  La raja compadre, ya sabes, pierdo un poco de pelo cada año, pero… la raja. ¿Y tú Coca. Con el noviecito de siempre? Arrugó un poco la ceja izquierda, el gesto habitual. Naaa, lo patié, ya me tenía harta, yo le pedía papeles y el seguía haciéndose el weón. Y cartucho más encima. Pero ahora, mijitos ricos, vivo feliz la vida loca, cada semana con uno diferente así que vayan apuntándose jaja. No pues Coca, terció Juanelo. Si eres como hermana, sería incesto y me arrugo de sólo pensarlo. Lloraban de la risa los cuatro entre broma y talla.

Pero una vez pasado el rito anual de la alegría, un vaho grisáceo comenzó por primera vez en una década a apoderarse de la reunión. La primera en soltar una lagrimita fue la osada Coca, siempre más emotiva. ¿Qué onda, Coquita linda? La verdad, estoy hasta la corneta, hermanos. Sin pega y sin ni uno. ¿Pero cómo, abogada de la Cato, sin pega? Si poh, trabajaba en una empresa minera de Copiapó, y cerró. Los acuerdos de nacionalización aprobados en la condenada Constitución, esa que aprobamos con alegría y esperanza los cuatro, la impulsaron a un cierre prematuro para alcanzar a salvar unas lucas, y ahí quedé. Llevo seis meses buscando, ya me comí la indemnización, y no hay pega por ningún lado.

Tito retrucó. La verdad hermanos, es hora de que reconozcamos que la anduvimos cagando. No nos dimos ni la molestia de leer lo que aprobamos, fue un momento de euforia, el fin de los cuatro generales y toda esa huevá, y ahora … yo también en la calle. ¿Cóoomo?. Tú, ingeniero eléctrico de la Chile, tanto que nos presumías, puntaje nacional y todo. ¿Y buen músico más encima?? Estoy igualito que la Coca compadre, con un dejo de amargura, le dio una mascada al choripán, lo más barato del menú. Recorte de personal en la hidroeléctrica, tuve que salir y la verdad… los entiendo. Está en uno de los territorios mapuche, se la tomaron hace varios meses diciendo que es de ellos, y los llamados al diálogo del gobierno valieron hongo. Para remate, los buenos ingresos que tenía por ese disco exitoso que saqué, ¿se acuerdan, el de guitarra clásica que tocan en todos los restaurantes?, se fueron a cero. Se implementó la Constitución en la desaparición de los derechos de autor. Nunca imaginé que la alegría de 2022 se me iría al hoyo ahora.

A Juanelo se le veía un poco más entonado. Cabros, qué quieren que les diga. Me aprobaron la visa y parto a Canadá el próximo mes. Si puedo, allá me quedo. Mi empresita constructora de pequeñas obras se fue al hoyo, la poca pega, la inflación del 15% al año y los intereses me comieron. Una quiebra a los 28 años no se la recomiendo a nadie. Pero está fluyendo y mi hermano mayor, abogado de quiebras, me está manejando todo. Al él sí que le está yendo la raja el wn, de enterrador. Yo creo que los constituyentes nunca imaginaron la catástrofe económica que desataron, y Boric con su campaña, que nos convenció a todos, tampoco. La renuncia de Marcel el año pasado fue la guinda de la torta que masificó la estampida de inversionistas de la construcción. Ahora estoy rasguñando todos los dolaritos que pueda para partir, a dos lucas cada uno, pero prefiero partir a poto pelado que seguir mascando lauchas. Los voy a echar de menos pero con zoom todo se puede ¿Y tú, Pelao lindo?

Pucha cabres, me da pena por ustedes. Me caso el próximo mes con la Mary, les traje las invitaciones.  Este año me ascendieron a Secretario Técnico de la Sala de Pueblos Originarios de la Corte Suprema y pega no me falta. En el año que llevamos de funcionamiento se han acumulado 15 mil causas penales y 10 mil civiles. No se imaginan el despelote de conflictos entre los propios indígenas, no hay jurisprudencia escrita, broncas de chilenos con indígenas, tomas de tierra, incendios forestales, peleas de aymarás con diaguitas, lo que sea. Apenas podemos tramitar mil al año, si seguimos así nos tomará 25 años procesar esta mansa cagadita. Pero además siguen llegando a diario. En fin, estoy bien ocupado y no me puedo quejar.

Se produjo un silencio de algunos segundos, largos y significativos… El Pelao, para cortar el ambiente, balbuceó: ¿Pedimos otro Terremoto?