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Toda mi vida he sido pescador frustrado. Mi experiencia más oprobiosa fue en el Caribe, en medio de coloreados pescaditos tropicales de 10 cm., yo iba por ahí buceando y ofreciéndoles el anzuelo con carnada EN LA BOCA. Me miraban desdeñosamente y se retiraban. Uff.

Hasta que hace poco, un par de viejos amigos históricos me ofrecieron acompañarlos para un viaje de “pesca con mosca” a los riachuelos de la cordillera mendocina. Sería, según ellos, una experiencia idílica de 4 días, alojando en el refugio esquiador Las Leñas, con guías-instructores de primera, que me enseñarían desde su inicio este verdadero arte, prestándome todos los implementos necesarios. Bacán, me dije.

Uno de estos vejetes setentones, que lleva décadas en el oficio, me recomendó comprar un libro sobre el tema, cosa que hice, desembolsando módicas 38 lucas. Un mamotreto que podría haberse llamado “PhD en Moscología” porque se explayaba en la biología de las truchas, los diseños de las condenadas “moscas”, la metodología para lanzar la línea, la manera de engañar a las truchas para que engulleran el señuelo y otras ¡300 páginas! Me rendí y preferí ver un par de videos en youtube, filmados en unos verdaderos paraísos. Regalo mi mamotreto a quien lo desee.

Partimos el jueves pasado en la mega camioneta doble cabina y cuádruple tracción de uno de estos excelentes amigos, en medio de risas y buenas tallas. Nueve horitas más tarde, habiendo cruzado la laguna del Maule, el paso Pehuenche y las aduanas chilena y argentina, llegamos a destino. Los guías nos tenían un chivito a las brasas, ché, de chupetearse. Todo lucía bien… hasta el momento.

Viernes, partimos rumbo al idilio cordillerano. Yo harto cansado porque el compadre con que me tocó compartir apartamento roncaba como los dioses. Entre que él me despertaba a mí y yo a él con equivalentes ronquidos la noche fue tenebrosa. Exigí departamento individual pues a esta edad no estoy para compartir ronquidos. Pero, en fin, partimos. Luego de 90 minutos de traqueteo in-fer-nal, el guía-jefe me armó una caña flacuchenta de infinitos metros de largo, y para escoger la mosca-señuelo más apropiada me hizo dar vuelta unas piedras del río para ver que insectos eran los predilectos de la zona. Ninfas las llaman. Ciencia pura.

Me ensartaron un pantalón con botas, impermeable (les dicen wader, en inglés, y lanzar la línea se dice castear), y me hicieron taparme entero porque el sol era abrasador.  Luego, a castear la línea desde la orilla en un armónico y fluido movimiento del brazo y el antebrazo, pero SIN menear la muñeca, recoger, castear, recoger, castear, recoger, hasta que ¡zaz! un emocionante picotón, trucha que se me fue por la cresta porque me apresuré demasiado. Leeento, ché, leeento, dejála ir cheee, hasta que se te vaya cansando culeado. (Descubrí que esta palabreja, allende los andes, no tiene la violenta connotación chilena, es como decir weón por estos rumbos).

Luego de un par de horas de castear recoger castear recoger LOGRÉ enganchar una, cansarla, traerla, volver a cansarla, traerla, hasta que amorosamente la capturamos, le sacamos el anzuelo a la pobrecita de 50 cm, trucha arco iris preciosa, y la devolvimos a las aguas cordilleranas. Partió rajada. Mi primer logro de la jornada. El paisaje era sobrecogedoramente… fome. Un peladero po. Estábamos a pocos kilómetros del lugar de la tragedia uruguaya aquella de los sobrevivientes de Los Andes. Imagínese no más el peladero montañoso. Llegué hecho bolsa al refugio esa tarde, pero promisoriamente contento. Había dado el primer paso.

Día dos, el guía jefe nos dice, “ché, hoy vamos a ir por el mismo camino, pero sólo unos 20 minutitos más lejos, donde hay un verdadero idilio de la pesca ché, tiene un arrollo (léalo con doble L en lugar de Y) fenomenal, es un sitio increíble”… no más que los 20 minutitos resultaron ser 60 adicionales.

Dos horas y media de traqueteo para comenzar la faena. Esta sí que era la cresta del mundo, por un camino doblemente in-fer-nal. Tanto así que casi al llegar al idílico (y más bien flacuchento) arrollo, nuestra camioneta pasó por un hoyo de un metro lleno de barrosa agua que escondía una roca fenomenal que le rompió el carter a la camioneta, la que perdió el aceite del motor, nos quedamos varados en la cresta del mundo y cagó la pesca y el ánimo.

Por verdadero milagro andaban por aquel lugar un camión tolva y una retroexcavadora del municipio y lograron entre todos (yo solo atinaba a mirar desconsolado) subir la inválida camioneta 4*4 al camión y partir derrotados de vuelta a Las Leñas. De no estar ahí ese camión tolva, podrían haber pasado dos meses con la camioneta botada en los cerros. El asado argentino de esa noche nuevamente fue para chupetearse los dedos.

El domingo, fuimos a otro lugar más potable, un poco menos peladero, y el guía jefe se dedicó por entero a este incipiente pescador.  Bajamos unos 50 metros hasta el borde del arrollo y, milagro, saqué otra hermosa truchita visteee, siempre con las sabias instrucciones del jefe. Un detalle:  este riachuelo regularmente correntoso tiene el fondo lleno de piedras, su bloggero favorito caminó entre las piedras y tipo mediodía se sacó la cresta en la orilla y le quebró la caña de mil dólares al guía, aunque solo costó los 150 dólares de la garantía. No me pasó nada salvo el susto. Subir de vuelta hacia la camioneta del guía los mismos pinches, empinados y resbaladizos 50 metros me dejó resollando de la fatiga en el aire cordillerano de altura.

Luego de almorzar un suculento sangurucho preparado por los guías, y habiendo recuperado al aire pulmonar, me decidí a… volver a probar suerte en otro tramo del arrollo. Pero… para lograrlo había que caminar por en medio del río entre piedras de regular tamaño con algas y musgos que las hacían suavecitas y resbalosas. El guía me dijo: “ché, no te vayás a separar de mí, caminá agarrado de mi brazo, culeado”. Su instrucción fue perentoria, pero… en un momento de olvido y osadía me atreví a caminar sólo, entre las piedras y la fuerte corriente. Esta vez sí que me saqué la cresta en serio, de hocico en el agua, pensé que me había quebrado dos o tres huesos, el guía casi se infartó del susto y quedé mojado hasta los huesos, adolorido, molido y una vez más… cagó la pesca.

No me pasó nada salvo tener que mostrar mi humillado, blanco y arrugado culito a los compañeros para cambiarme entero. No me rompí ningún huesito, pero capotó mi celular que venía en un “banano” supuestamente impermeable pero que no lo era. Perdí todas mis fotos.  Eso sí, esa noche los ravioles al tuco en wok estuvieron de rechupete.

A la mañana siguiente mi amigo logró contratar un camión grúa para que le llevara la camioneta a la aduana argentina, otro camión grúa chileno para que lo tomara en la aduana y lo llevara a Santiago, y los demás nos volvimos apiñados en el auto de otros amigos pescadores hasta Talca donde almorzamos en la picada tradicional: Las Viejas Cochinas. Nos recogió en esa ciudad la encantadora señora del otro viejo pescador y por aquí pasó la pesca con mosca por un zapatito roto y nica pero nica que vuelvo a pescar con mosca.

Meterle un winner o un ace a mi profe de tenis me es igual de difícil y me da las mismas emociones que picar una trucha, solo que… a tres minutos de mi casita, sin riesgos vitales y con muchas menos lucas y traqueteos de viaje. Prometo eso si volver a acompañar a mis amigos (si me invitan de nuevo) para volver a reír juntos como en esta ocasión, siempre que me lleven a pescar en bote, sin casteo ni wader, a un lugar que tenga árboles y no matorrales de 10 cm, y que yo pueda usar una caña normal, anzuelos metálicos vulgares y corrientes, o bien lombrices, que ellos desprecian por ser poco científicas y desafiantes.

20 Comments

  • Javier Said dice:

    Jajajaja. !! Me gocé este artículo. Mucho más que los que tienen que ver con reformas a la constitución
    A decir por la foto que publicaste, deberás sumergirte en un jacuzzi para un buen masaje de algas… Y, tal vez, como le decías a nuestro amigo tico, un masaje de nalgas!!! Jaja.
    Un abrazo cariñoso mi querido Mario. La pluma funciona cada vez mejor. Siempre es un placer leerte. Saludos por casa!!

  • Alfredo dice:

    Osado amigo, felicitaciones. Habemos setentones que miramos escaparse la vida desde la ventana, (aunque felizmente la naturaleza es tan sabia que primero nos apaga el deseo, y enseguida a renglón seguido, la memoria) ¿ Ud., yo y otres alguna vez preparamos humitas o pastel de choclo para un almuerzo al que vino el segundo secretario de la embajada de un país ya extinto con su señora esposa, una mujer con la que todavía sueño? Esa parece haber sido la aventura más memorable de mi vida: pelar choclos para preparar humitas.

    • Mario Waissbluth dice:

      Mmmm, no recuerdo bien a quien te refieres con lo de las humitas , de un país extinto????
      Además, flaco culeado, nada de dejar la vida escaparse por la ventana. Un almuercito juntos nos vendría bien para quitarte esos nubarrones que tenés en el orto, viste che?

  • Viviana Ortiz dice:

    Me encantan sus artículos ,ya sea que nos ilustren con importantes referencias como entretenidas anécdotas.
    Tal vez una escapadita a las termas después de la pesca estaría bien.
    Un abrazo
    Viviana Ortiz

  • Nicolás Varela dice:

    Notable historia, como siempre!! Como asiduo pescador con mosca, te puedo contar que partí en estas andanzas con una historia con un desenlace similar… pero a 60 minutos de mi casa en la cordillera central. Un desastre. Al año siguiente reincidí, pero esta vez en la Región de Los Lagos, y desde entonces no he parado de hacer un viaje de pesca anual. Vale la pena que vuelvas a probar, pero en Chile, con guías y amigos chilenos, caminos buenos (o al menos regulares) y paisajes de bosque valdiviano… la inversión en aprender a castear ya la hiciste. Un gran abrazo!

  • Francisco Ruiz dice:

    Muy entretenido como describiste la experiencia de tú viaje a pescar. Felicitaciones por tú talento para expresarte.

  • ALAN SILBERMAN dice:

    Dear Mario , a nuestra edad , la Pesca con mosca…..al menos para mí , quizás en Netflix , Youtube o algo semejante. Te felicito por tu juvenil osadía pero no te la envidio. Viste ?
    Saludos Afectuosos

  • Rolf Fiebig Zarges dice:

    Mario, ¡muy entretenida
    tu pesca con mosca ..!
    Eres una pluma brillante
    De cada hecho y escena
    ¡La descripción es hilarante!

  • Richard Watt dice:

    En Argentina el lugar que se pesca bien con fly es Esquel en el sur y se cruza por colico o hua hum dods pasos cerca de puyehue.
    Es muy bonito y conocido mundialmente.
    Tu recuento excelente y lo pasarias muy bien.

  • Guillermo Bermudez Gallardo dice:

    Mario.
    Da mucha alegría leer esas aventurillas. Haz que se repitan, es como dice una canción, agregarle vida a los años.
    Quizás también sirvan para recuperar esa curiosidad y temeridad de los años de primera juventud, que tanto placer provocaron.
    Los costalazos son heridas de guerra, que según cuentas, no llegaron a provocar ningún sufrimiento…solo algún dolor.
    ¡Bien por ti ¡

  • Haidy Blazevic dice:

    Hola Mario, me reí mucho, y lo que me dio más alegría es saber que estas bien, con ánimo para tomar nuevos desafíos. Dile que la próxima vez van a pescar a Yelcho!!!!

  • Juan Carlos Matte Aguirre dice:

    Mario, a pesar de los «accidentes», creo que fue una buena aventura como para no levantarse en una semana, me entretuve con tu genialidad. Saludos.

  • Vero dice:

    Mario: con tu sentido del humor y fresca pluma me hiciste gozar muchísimo!
    Me alegra tengas tanto entusiasmo para emprender ese tipo de aventuras.
    Y necesitamos todos mucho humor, para sortear momentos no muy divertidos…
    Gracias miles por tus columnas, todas tan actuales y bien documentadas.
    Te abraza con mucho cariño

  • Eduardo Mario Cáceres Abarca dice:

    😂 buen paseo para un par de trucha 😂

  • David Davos dice:

    Excelente, solo la muerte nos debe impedir hacer nuevas cosas. Bien por la osadía y atreverse, se valora el doble.

  • Jajajajajajaja.
    Gracias por hacerme reír con sus anécdotas. Son medicina.
    Esta vez no correré el riesgo de que no me lea. No puedo desperdiciar fuerzas, tengo a varios infantes en mi colegio particular tratando de entender el gran misterio y la diferencia entre una g y una b.
    Una niña de 8vo lee Las Chicas de Alambre de Jordi Sierra i Fabra, en 8vo cuando en mis siglos yo lo leí en 4to medio.
    Así que guardo mi energía para ellos.
    Si gusta lectura liviana, le he envíado muchos correos. Búsquelos.
    He sacrificado mis emociones por Amarillos.
    Efectivamente es usted mi bloguero favorito.
    Nunca había sentido tanta presión en las espaldas o conciencia como quiera llamarle.
    De mi región depende que nazca un partido de influencia nacional. Es como dar un prueba en la Chile y la Católica a la vez.
    Me dan unas ganas de decirles algo que nunca se los diré en la cara pero si escribirlo: Ríase:
    Santiaguinos de m… cómo se les ocurre poner tanto peso en gente de región, estrategas al peo, ni siquiera un libro de estrategia me han enviado o ningún libro de ningún tipo para capacitarme para ayudarles, puros digitales, se me queman los ojos y me da insomnio además.
    Jamás lo diré, pero escribo muchas cosas.
    Cobardes. También siento escribir eso.
    Casi como hablándole a soldados.
    Casi provocandolos. Cobardes: hay que lograrlo.
    Llámeme cobarde por no publicar mi libro.
    No se confíen, mi intuición me dice que no se logrará la meta solo digitalmente.
    También tengo días de esparcimiento y de actividades.
    Hoy siento algo de arrepentimiento por haber ingresado al primer zoom donde lo conocí a la distancia.
    Espero que todo el sacrificio emocional valga la pena.

    Atte.

    La víctima del decreto 524 del Mineduc de la XIV🙄

  • Omer Miranda dice:

    Estimado
    Gran narración!! Hilarante…
    Imagine lo que conto.. lo he vivido… pero para quienes somos pescadores.. vale la pena😂
    Ojala se anime a repetirlo…. le aseguro que finalmente le terminará gustando
    Buena suerte en sus otras aventuras!

  • Estimado profesor admirado:

    Usted sabe que es un valiente. No siento un intenso arrepentimiento de haberlo conocido por zoom. Tengo muchas aventuras nuevas educativas que contarle, pero el cansancio de la docencia me comienza a consumir. Y por supuesto una sensación.. que me despido de mi juventud poco a poco. Y que la madurez domina mi vida.
    Agradecida del Plan Inicial que asegura que tarde o temprano las universidades acogeran a Técnicos Nivel Superior como yo para convertirlas en las docentes que este país necesita.
    Agradecida y confiada, mirando a unos kilómetros de distancia de mi comuna el Campus de la UC en Villarica con Pedagogía en Educación Básica y Educación Parvularia.
    Con muchas peticiones de colegas, que me han manifestado en mis observaciones participantes, que por favor el Ministerio no derroche plata y haga un libro Leo Primero para zona norte y otro para zona sur y por sobre todo conectado con el nivel anterior, el nivel transición de enseñanza parvularia, que el libro incluya aprestamiento, lo ruegan.
    Agradecida y deseándole la mayor de las suertes en su conversatorio de esta semana.

    Agradecida, pronto le sigo escribiendo.

    Constanza Mora

    Nota: Mándeme un visto por fa de que me ha leído, solo eso, no he pedido nada más, no puedo perder energías. Estoy trabajando con niños postpándemicos con un tremendo rezago en la lectura. No puedo derrochar nada.

  • Jose Luis Gorrini dice:

    Hola estimado Mario,
    Muy entretenido el cuento de la pesca con mosca y con tu pluma exquisita se lee de un tirón. Hay fanáticos de este deporte que pagan fortunas por un par de días de pesca, recuerdo hace 25 años haber volado de Santiago a San Martín de los Andes en jet privado con el COO de Phelps Dodge Mining Company y otros ejecutivos gringos con toda a parafernalia (waders, cañas, guias argentinos, asado de chivito, etc) caminando sobre la piedras de los arroyos abrazados con los guías (según decían los caballos no se caen porque caminan con las 4 patas). Después de muchos intentos en los dos días me di por vencido…. ninguna trucha, entonces ahí apareció el guía le pasé mi caña y en tres tiradas me la devuelve con una trucha en el anzuelo, mi única función fue soltarla del anzuelo y darle su libertad. Nunca más lo he reintentado….. lo disfruto más en la TV

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