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Hay una gran polémica educativa, esta vez desatada porque el Ministro de Educación quiere «bajarle el pelo» al SIMCE. En esta pasada, estoy 100% de acuerdo, y he estado de acuerdo desde que escribí el ensayo, (que fue best seller algunas semanas), «Cambio de Rumbo: una nueva vía chilena a la educación», Random House, 2013. El SIMCE se presta para muchas fake news, que provienen generalmente del mundo de la derecha política y educativa, que sigue creyendo que la educación es una mercancía, como alguna vez dijo Sebastián Piñera. Incluso me correspondió en esa época ir al Congreso a explicar esta problemática, en representación de Educación 2020. Vamos viendo:

El SIMCE, en su definición simplista, es un mero termómetro, que mide algunos aprendizajes contenidos en el currículo, a nivel de aula y escuela (no individual). En principio, ningún paciente podría quejarse si le miden esa temperatura. Sin embargo, este termómetro conlleva varios efectos perversos:

a) se le informa a la escuela que después de cuatro años de bajos resultados la podrían cerrar, (perverso diseño de la Ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación) con la consecuente desesperación de la comunidad escolar completa; cometiéndose el error de creer que una escuela es intrínsecamente mala, cuando los “malos” serían, en todo caso, sus directivos. Una vez producida esa señal, comienza la emigración, si acaso pueden, de todos los buenos profesores y directivos, entrando la escuela en una espiral de deterioro y profecías auto-cumplidas.

b) sus resultados se asocian a los bonos de los profesores vía el incentivo SNED… la tradicional teoría de garrotes y zanahorias, que produce todo tipo de distorsiones en el proceso educativo.

c) su publicidad se convierte en herramienta mercantil de competencia entre escuelas, para llevarse a los alumnos y así aumentar su masa de subvenciones per cápita. Los carteles en los frontis escolares en la época de matrícula así lo demuestran, y la crucial colaboración entre escuelas cercanas se desincentiva, y en un extremo, desaparece. Habría que estar loco para ayudar a la escuela del lado si es que te va a robar los alumnos, un preciado botín, ¿verdad? (Hoy, llevarse un alumno de 2o Básico de otra escuela a la propia significa un ingreso adicional vía subvención general y preferencial del orden de $10 millones en los próximos 6 años. Nada de mal).

d) se incentiva a la escuela a concentrarse excesivamente en las materias del SIMCE, descuidando no solo otros temas curriculares, sino que las vitales habilidades del siglo XXI, entre ellas la capacidad de expresión verbal y escrita, y la creatividad. No es entonces de extrañar que la vasta mayoría de los egresados de media no sean capaces de redactar media página coherente, estando además su cuasi simiesco vocabulario verbal limitado a algunas expresiones poco coherentes, tales como puhh, ohh, ehh y wón(a).

e) como resultado de todos los problemas anteriormente citados, se incentivan además conductas muy poco éticas, como por ejemplo dejar a los peores alumnos en sus casas el día de la prueba. ¿Qué señal se le está dando a esos niños? Hacer trampa es válido, ¿verdad? Y después nos quejamos de las actitudes estudiantiles, comenzando por copiar de manera descarada.

En suma, su uso no-académico convierte al SIMCE en un termómetro muy perverso, con efectos educativos que a la larga han sido más negativos que positivos. Los años en que “toca SIMCE” convierten a las aulas en una suerte de jaula de ardillas para calentar estas pruebas, impulsadas por el temor y no por el sano deseo de aprendizaje. Por lo demás, los resultados de Chile en las pruebas PISA y TIMMS han estado prácticamente estancados del 2006 en adelante, y las pruebas OCDE de alfabetización de adultos sistemáticamente muestran más de un 50% de analfabetismo funcional, sin tendencias de mejora en los menores de 25 años. En otras palabras, si esta era una herramienta de mejora de la calidad, no ha servido para nada, ni siquiera en los colegios particulares pagados, que han venido disminuyendo en promedio sus puntajes SIMCE!! 

La literatura internacional (Ravitch, 2011, en «Cambio de Rumbo») ya ha descrito este fenómeno, el del “SIMCE con consecuencias”. Nadie debiera tener problema con un “SIMCE sin consecuencias”, esto es, como una útil herramienta para que los directivos y profesores de cada escuela puedan mejorar ciertos aspectos curriculares defectuosos. Para ello, es imperativo… “eliminar las consecuencias”, adoptando tres medidas: a) eliminar el riesgo de cierre de escuelas asociado al SIMCE, y transformarlo en causal eventual de cambio de directivos; b) desvincular lo más posible los bonos SNED del SIMCE; y c) eliminar la publicidad y difusión del SIMCE, salvo que los directivos de una escuela decidan informar los resultados a los apoderados de esta.

Sería la manera de recuperar los efectos benéficos del termómetro, y en una de esas, mejorar el patético vocabulario de nuestros escolares. 

(una versión abreviada de esta columna apareció en La Tercera, nov. 21)

5 Comments

  • Maria Riesco dice:

    Estimado Mario

    Totalmente de acuerdo contigo en que el Simce es un indicador para orientar el trabajo pedagógico a nivel escuela, y a nivel mineduc y agencia de calidad , que debe ir en apoyo de aquellos que no logran avanzar y/o a reorientar políticas públicas poco eficientes o eficaces que mejoren el aprendiaje, No puede ser un castigo, Esas escuelas con bajos resultados pueden estar haciendo lo que pueden en sus circunstancias. Aquí de lo que se trata es de ver cómo se puede aprender más y mejor, y cuàles son las causas de que los niños no aprendan. Hay que ir a hacer biologia molecular porque las causas son múltiples. Algo de experiencia tengo. Si efectivamente no se está entregando por un establecimiento lo que se debe , bueno se sanciona y punto, previo debido , tiempo de reparación, y justo proceso.
    El simce es un buen instrumento para mediciones masivas orientadoras, pero ha sido muy mal utilizado en algunos aspectos pedagógicos más allá de los rankings, porque ha devenido en que los colegios , no todos, pero muchos, más alla de que deben enseñarle a los niños a enfrentar este tipo de pruebas, adoptaron casi como única forma de evaluación , la del tipo Simce , lo que está muy mal. Los pedagogos estudiosos del aprendizaje, en cambio, en los libros que valen la pena, sugieren que uno evalue a sus alumnos en todas las habilidades posibles, oral, escrita formas abiertas y cerradas, Basta con ver la literatura al respecto y ciertos cambios que esta pidiendo el propio Mineduc en la materia, un poco tarde.. De hecho nos quejamos hoy , de que los jòvenes no saben hilar frases, no pueden fundamentar un argumento, o se cansan de leer o escribir textos de una plana, cuestión que es fundamental para el desarrollo del pensamiento profundo, la vida y la educación superior, sea esta técnica o profesional.
    En todo caso el simce es solo una evaluación, ¿Qué pasa con el aprendizaje es lo importante? ¿ Qué es educar con calidad ,vuelve a ser una interrogante relevante en nuestro País. ¿Què estamos haciendo con el talento acadèmico, con el talento práctico, con los niños que tienen necesidades educativas especiales o están fuera del sistema? ¿Será necesaria tanta homogeneización? . ¿ Qué requisitos y condiciones laborales se le ofrecen al joven con vocación docente. Cómo enseñar Fìsica en un colegio que pueda retenerlo con pocas horas. Las Ues preparan porfesores de ciencias , ciencias con nivel de ingenierías, medicina, musicologìa…De dónde pecatas mea entonces podremos sacar científicos, músicos, literatos de nivel mundial
    No se está enfrentando bien este tema que es sistémico, es claro con la anomia existente entre los jóvenes, su deseperanza a veces, las licencias de profesores, la incapacidad del sistema para reclutar jòvenes con buenos puntajes para educar, y el abandono de la profesión por parte de muchos Hay que despejarse un poco de lo ideológico y volver a lo fundamental, aprender. Se aprende del gran maestro, quien tambièn aprende siempre y debe ser un gran referente. No tiene sentido hablar de simce, si junto con ello no se habla de las competencias de los profesores, las condiciones para su trabajo, la seguridad de la atmosfera escolar, las responsabilidades de los apoderados, la carga sicológica de los colégios, la inclusión posible y no la imposible, la necesidad de apoyo sicológico y siquiatrico para algunos, el asumir el Chile que tenemos y queremos. Las respuestas no han estado a la altura de la verdad.
    No estoy de acuerdo contigo que la derecha per se, solo ve lo mercantil. Soy de alguna derecha , quizás piola, la que no se ve, nada nada de mercantil, que queremos a Chile y queremos que todos sean mejores, y si no hay buena educación, con profesores de Química , Fìsica, Biología, Matemática, Música, Filosofía ,Deporte, de básica o preescolar de calidad seria en todas partes, esto colapsa, y ya lo está. El simce es una gota, que seguirá en lo mismo, si no hay foco en el aprendizaje de calidad. Se puede,. pero es caro, y a veces no tanto, pero es lo que vale más la pena por un país bueno y en paz que busca la excelencia vital. Soy testigo de esto. Significa más docentes. otro trato al docente, capacitaciones, incentivos a los jòvenes talentosos para educar y por ende respetados , Buscar respuestas mejores para la población que tenemos. Si no existen alumnos iguales, ni quieren lo mismo, ni pueden hacer lo mismo, ni tienen las mismas condiciones geográficas o vitales iguales. Personalmente, creo que aquí falta avanzar más con una educación técnica dual de super calidad. Creo que ahí muchos dejarian de ser unos muebles en clases, no les hace sentido. Y de ahí podrìan progresar hacia la educación superior, si quieren y pueden.
    El famoso ranking no me convence, si la prueba es una de selección y no debe dejar de serlo, pero al mismo tiempo si alguien se prepara debe poder darla siempre a cualquier edad. En Alemania si eres un panadero y luego se te ocurre estudiar algo académico , y das tu prueba y calificas en el estándar lo haces, pero debes etar en el estàndar.. Me parece mucho mñás veraz y real. No se puede incentivar una falsa realidad. Si queremos una educacuón pública buena , bueno a enseñar con calidad. con docentes bien preparados, y ahi los simce serìan un dato de la causa. A grandes rasgos el simce solo evidencia que aun estamos en niveles bajos de los aprendizajes que deseamos y en todas partes. Hay que salir a enseñar y con diversos formatos que apoyen a los hijos de las familias de Chile. Para enseñar humanamente, se necesitan buenos seres humanos, muy preparados, tranquilos, con vocación y bien tratados por todos.
    Educar es mucho más que simce, y los padres también lo saben. Es en parte criar y formar niños buenos, honestos, bien portados, que sientan que su vida vale la pena y que aporten con sus talentos a su patria y familia querida para ir progresando en bienestar junto con todos. Es acoger al niño desvalid, al que tiene talento de cualquier especie , darle herramientas y espacio para desarrollarse.

    cordialmente

    M Fabiola Riesco S.

    M Fabiola Riesco S:

    Se puede , pero aprender es un profesor al frente que te enseñe lo que no sabes .

  • Gerd Fiebig dice:

    Estimado Mario,
    Sería prudente, que para beneficio de los que residimos en el extranjero, Uds defina las abreviaciones que usa en sus artículos: como ser, SIMCE, SNED, PISA, TIMMS, OCDE. Sin estas definiciones es casi imposible de entender el contenido de su artículo.
    Saludos de Canadá,

  • Fernando Prieto dice:

    Estimado Mario,
    El SIMCE tiene un doble sinsentido. Mide a nivel de cursos, cuando el promedio es solo una abstracción matemática y, se hace un tremendo esfuerzo para medir los conocimientos que sabemos están bajos. Todo esto cuando ya hay apps con diagnósticos individuales y remediales personalizados.

    Mientras tengamos como sistema educativo un absurdo hecho costumbre en que:
    – Se pasa la materia con un mensaje estándar a toda la clase, cuando cada uno tiene distinta base, estilo y ritmo de aprendizaje,
    – Se cubre el 50% de los curriculums oficiales del Ministerio, saturando el espacio e imposibilitando desarrollar otras áreas de interés.
    – Se tiene a jóvenes sentados por 6 horas diarias, inaguantable para esta generación inmediatista post pandemia
    …el SIMCE será el menor de los problemas en la educación.

    Un abrazo,
    Fernando

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